Uno de los virus emocionales que mayor sufrimiento provoca es la necesidad de ser aprobado por todos, una meta sin duda inalcanzable, pero que a muchos les cuesta aceptar. A veces para agradar a otros, utilizamos un servilismo tal, que olvidamos nuestras propias necesidades y lo que es peor nuestra propia identidad, pasamos a ser como creemos que otros quieren que seamos. El instinto humano, nos lleva a querer pertenecer a un grupo, a ser bienvenidos y mantener el afecto de los demás, pero si ampliamos cada vez más ese grupo y lo hacemos extensivo a todos los que nos rodean, la misión de conseguirlo puede ser tan exigente como perjudicial. La obsesión por agradar y gustar se manifiesta, tanto a nivel físico como personal, y si entendiéramos que cualidades tan valoradas en la sociedad actual como la belleza, la simpatía, la juventud, el éxito y el reconocimiento social son totalmente subjetivas, descubriríamos , la imposibi
Vacunas para la mente. Cuidar nuestro equilibrio y protegernos para estar sanos emocionalmente.